Saturday, September 22, 2007

 

México Militares Violadores de Derechos Humanos

Un general y un coronel, involucrados en abusos sexuales y el asesinato de una familia

Castigar a militares violadores de derechos, exige CNDH a Calderón

Debe asumir su responsabilidad: el ombudsman; propone retiro gradual del Ejército de lucha antinarco

Víctor Ballinas

El presidente de la CNDH, José Luis Soberanes, y el titular de la Secretaría de Seguridad Pública, Genaro García Luna, en el contexto de una reunión de Calderón con 300 líderes de México, en la Hacienda los Morales
El presidente de la CNDH, José Luis Soberanes, y el titular de la Secretaría de Seguridad Pública, Genaro García Luna, en el contexto de una reunión de Calderón con 300 líderes de México, en la Hacienda los Morales Foto: José Antonio López

El ombudsman nacional, José Luis Soberanes Fernández, urgió ayer al presidente Felipe Calderón a que se pronuncie y tome las medidas correspondientes ante la gravedad de las violaciones a derechos humanos cometidas por más de 78 militares contra civiles, que van desde ultrajes a 16 mujeres, tortura y detenciones arbitrarias hasta asesinatos.

El titular de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) dijo esperar “que el Ejecutivo asuma su responsabilidad y ordene el castigo para los militares involucrados”. Reveló que “en el caso de las 14 mujeres violadas en Castaños, Coahuila, participó un general, y en el asesinato de una familia en Sinaloa está involucrado un coronel”.

Advirtió que el uso de las fuerzas armadas en tareas de seguridad pública puede resultar contraproducente, “como demuestran los hechos violatorios de las garantías corroborados por la CNDH”. Asimismo, dijo que “es hora de que el gobierno genere un plan para regresar a los militares a los cuarteles y se deje de exponerlos en misiones para las que no están preparados y que no son de su competencia estricta. Será por el bien de los derechos humanos y del Ejército”.

Insistió en la necesidad de que el Ejecutivo establezca fechas para el retiro gradual del Ejército de las labores policiaca. “Sería irresponsable, como ombudsman nacional, si pidiera que en este preciso momento se retirara a los militares de las labores que no son de su competencia, no sólo porque en varias regiones del país se generaría una ausencia de Estado, que únicamente puede convenir al narcotráfico y a otros grupos que actúan con violencia, sino también porque muchos mexicanos perderían la única protección que tienen contra la delincuencia organizada.

“Paralelamente al retiro gradual del Ejército es imperativo que las policías municipales, estatales y federales asuman cabalmente la responsabilidad que por ley les corresponde”, insistió, y recordó que la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha señalado que la presencia de militares en labores policiacas debe ser excepcional, únicamente de apoyo y sin usurpar jamás las esferas de competencia de la autoridad civil, guardando el más escrupuloso respeto a las garantías individuales.

En conferencia de prensa, Soberanes Fernández se pronunció, “a título personal y como abogado”, por la revisión del fuero militar. “Creo que la existencia de ese fuero debe ser algo excepcional; tiene que aplicarse a los militares por el ejercicio de sus cargos y por actos contra la disciplina militar; en todos los demás casos debe ser la justicia civil la que investigue los delitos, ya sean del fuero común o federales”.

Subrayó: “pienso que debe abrirse un debate en los foros jurídicos y académicos, y con la sociedad para que opinen al respecto”, pero, “como ombudsman, creo que se debe respetar la ley, y la Constitución establece el fuero militar en su artículo 13”.

El titular de la CNDH presentó ayer a la opinión pública las recomendaciones 37, 38, 39 y 40 que este año dirigió al titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), Guillermo Galván Galván, por violaciones graves a derechos humanos cometidas por militares contra civiles en Coahuila, Sinaloa y Michoacán.

Expuso los casos de Castaños, Coahuila, donde el 11 de julio de 2006 militares violaron a 14 mujeres de los salones El Pérsico Dancing y Las Playas Cabaret en represalia por que detuvieron a un militar en una de las cárceles privadas con que contaban esos centros, y en cuyo actos de ultraje participó un general, por lo que emitió la recomendación 37/2007.

Detalló que la recomendación 38/2007 se refiere a los hechos ocurridos el 2, 3 y 4 de mayo de este año en Nocupétaro, Carácuaro y Huetamo, Michoacán, donde después de que militares fueron emboscados por presuntos grupos armados, se desplazaron al lugar cientos de elementos castrenses, quienes cometieron detenciones arbitrarias, torturas, cateos, robos a domicilios y violaciones sexuales contra cuatro mujeres, dos de ellas menores de edad.

La recomendación 39 –dijo– se refiere a los hechos ocurridos el 7 de mayo de este año en Apatzingán, Michoacán, donde cuatro presuntos narcotraficantes perdieron la vida al enfrentarse con miembros del Ejército, quienes posteriormente detuvieron a ocho personas a las que mantuvieron incomunicadas y retenidas de manera ilegal en instalaciones militares, donde las torturaron, además de que durante los cateos cometieron robos.

En el caso de la recomendación 40/2007, se refiere a los hechos ocurridos en el municipio Sinaloa de Leyva, en Sinaloa, donde soldados que estaban acampando a la orilla de la carretera dispararon contra una camioneta en la que viajaban ocho personas. Los soldados habían consumido mariguana y uno, además, cocaína. En el tiroteo murieron dos personas –una mujer y su hija–, y posteriormente perecieron tres más a causa de las heridas recibidas, porque “los militares impidieron que se les diera atención médica”.

Asimismo, Soberanes destacó que la CNDH investiga 202 expedientes de queja presentados por violaciones a derechos humanos cometidas por miembros de la Sedena.

Advirtió que un Ejército débil y vacilante sólo conviene al narcotráfico y a quienes buscan imponer cambios políticos por medio de la violencia. Y advirtió: “la CNDH sostiene que conocer y castigar con el rigor que marca la ley a los individuos que agraviaron los derechos humanos fortalecerá a la milicia en su conjunto y elevará su autoridad moral”. Con ello “se enviará a la sociedad el mensaje de que la institución de las fuerzas armadas no tolera que sus integrantes violen las garantías fundamentales de la población”.

México necesita un Estado capaz de imponer el imperio de la ley, un Estado capaz de interponerse como un escudo entre los criminales y los ciudadanos. “Ninguna ganancia social puede haber si se busca hacer de la autoridad una figura vacilante y temerosa; seríamos los mexicanos quienes pagaríamos las consecuencias”.

“Las recomendaciones que hacemos públicas hoy no son un amago a nadie, sino un llamado firme y comprometido para la reflexión, para las decisiones responsables. Se requiere urgentemente una cruzada educativa y de capacitación en el Ejército”.


Saturday, September 01, 2007

 

Mi homenaje a HIGHLANDER RESEARCH ....

Setenta y cinco años de rebeldíaEn las montañas del sureste, una de las regiones más pobres del país, un foco de rebeldía ha nutrido los grandes movimientos sociales de Estados Unidos durante 75 años: desde las grandes luchas laborales de los años treinta hasta el movimiento de derechos civiles de los cincuenta y sesenta; desde la defensa del medio ambiente y el altermundismo, hasta la actual batalla por los derechos de los inmigrantes y, como siempre, la expresión cultural popular (ahora en inglés y español).

Este fin de semana, cientos de personas llegaron a esta ciudad, procedentes de todo el país, para festejar el 75 aniversario del Highlander Research and Education Center y la herencia de su fundador, Myles Horton (1905-1990), considerado por algunos como uno de los educadores más influyentes de Estados Unidos.

Este lugar ha sido sede de sesiones de estrategia de movimientos en lucha, centro de educación popular, de investigaciones e intrigas, de cultura popular (desde el folk hasta el hip hop), y fuente de ideas subversivas para cambiar a Estados Unidos y, por tanto, al mundo, desde su inauguración en los montes Apalaches. Por aquí han pasado el reverendo Martin Luther King Jr., Rosa Parks, Eleanor Roosevelt, Woody Guthrie, Pete Seeger, Paulo Freire y hasta el inventor de Superbarrio, Marco Rascón (galardonado con el Premio Horton), y la cantante Eugenia León.

Aquí fue donde se capacitó a Rosa Parks, cuya acción de desobedecer la orden de sentarse en la parte trasera de un autobús público fue uno de los detonantes del histórico movimiento por los derechos civiles.

Aquí se tramaron huelgas históricas del sector textilero y minero del gran movimiento sindicalista industrial de los años treinta. Aquí fue donde músicos y artistas se encontraron, intercambiaron versos, historias y rescataron expresiones culturales de “abajo” que perduran hasta hoy. Aquí se hizo la versión moderna de We Shall Overcome, que ha sido uno de los himnos de los movimientos de resistencia (Bruce Springsteen incluyó la canción en su más reciente disco, Seeger Sessions).

Hubo intentos de clausurar este centro rebelde, cuyos trabajadores sufrieron amenazas y hasta golpizas. En 1957, el gobierno estatal de Georgia difundió un reporte especial sobre lo que llamó “una escuela comunista de capacitación” y alertó sobre las reuniones de los responsables de “todos los incidentes raciales recientes”.

Después de años de investigaciones del gobierno federal durante la era macartista, el gobierno estatal de Tennessee revocó la licencia institucional del centro y confiscó su terreno e instalaciones. Highlander reabrió sus actividades al día siguiente, cambiando un poco su nombre para operar en la ciudad de Knoxville. En 1972 le fue donado un amplio terreno en las faldas de una montaña, donde hoy continúa sus actividades.

Como uno de los pocos lugares donde blancos y negros (y ahora latinos) se reúnen para nutrir o armar complots del movimiento obrero o de derechos civiles, o el de “justicia ambiental” y el altermundismo, siempre ha sido considerado “peligroso”.

Ahora el centro realiza cursos de capacitación, talleres y foros para líderes sociales, sobre todo del sur de Estados Unidos.

Hoy se ofreció una muestra de este trabajo de educación popular, organización cultural, investigación participativa para la acción, el uso de los medios de comunicación por el cambio, capacitación multilingüe y estrategias sureñas del movimiento social.

Desde finales de los 90, en respuesta a los dramáticos cambios sociales y demográficos del sur, por primera vez en su historia el centro es ahora bilingüe. Gran cantidad de nuevos líderes sociales y comunitarios del sur son inmigrantes latinoamericanos, en gran medida mexicanos y centroamericanos.

Durante tres días, veteranos de las luchas regionales, nacionales e internacionales a las cuales ha contribuido Highlander llegaron para reunirse con las nuevas generaciones, que ahora continúan esas batallas.

Pam McMichael, la actual directora de Highlander, dijo en entrevista con La Jornada que el centro mantiene los mismos principios desde su fundación, “de cambiar el yo por el nosotros y promover el cambio por la justicia y los derechos civiles y humanos”.

Desde sus inicios, pero ahora cada vez más, también hay la conciencia de que este centro “busca contribuir a los cambios a escala mundial, y consideramos que lo más importante que podemos hacer para apoyar las luchas en el mundo es generar un fuerte movimiento social para cambiar las cosas aquí. Eso aportaría más a los movimientos por la justicia en el resto del mundo”.

Agregó: “después de 75 años, la lucha en Estados Unidos es la misma de siempre, entre los que tienen y los que nada tienen, y en este país eso se intercala con el asunto de raza y el racismo, y también con genero y sexualidad. Eso también se expresa en la política exterior de Estados Unidos”.

Y el mosaico de gente que llegó hasta aquí, dijo, expresa esa lucha, y sobre todo la presencia intergeneracional, multiétnica y multinacional que festeja este aniversario.

La idea fundamental del centro, describe su fundador Myles Horton en su autobiografía The Long Haul, es trabajar para la justicia confiando en la capacidad de la gente de gobernarse a sí misma y determinar su futuro. Horton desarrolló una pedagogía definida por un concepto de la democracia en su más amplio sentido. Horton y Paulo Freire, que visitó este lugar, compartieron visiones y sostuvieron un diálogo a lo largo de años.

Hacia el fin de su vida, Horton empezó a pensar que la prioridad era establecer relaciones desde abajo a escala trasnacional. “Creo que lo más importante que tengo que hacer ahora es un tipo de contribución a juntar los pueblos del tercer mundo, tanto internos y en el exterior, para que podamos enfrentar de alguna manera al sistema capitalista mundial… De todas maneras la gente debería buscar juntarse a escala mundial, no sólo para contractuar o abordar al gran empresariado, sino porque así debería ser el mundo”.

De hecho, el ejemplo de Highlander ha sido adaptado en varios países, pero no en Estados Unidos. Horton dice en su libro que “Highlander es una idea tercermundista. Ha funcionado en Appalachia y el sur (de Estados Unidos) porque tienen mucho en común con países del tercer mundo…”

Aquí, desde las montañas del sureste, brota la música y el baile, y las viejas y nuevas caras expresan el rostro y sonido de miles de luchas sociales en este país, que aunque fragmentadas siguen insistiendo en que “otro Estados Unidos es posible”.


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