Sunday, November 06, 2005

 

LA GLOBALIZACION Y LA QUIEBRA DEL MODELO NEOLIBERAL

El proyecto neoliberal vino a confirmar la validez de la tesis de la inevitabilidad histórica de la crisis general del capitalismo generada por las profundas contradicciones antagónicas internas del capitalismo, las que hoy alcanzan proporciones de gran nivel y tensión en un mundo que, en lugar de integrarse de acuerdo con los planes previstos, se fractura en mil pedazos, ahondando las contradicciones.
Una crisis general capitalista en una nueva etapa donde la mundialización de la información propicia la unión cada vez más extensa de las fuerzas opuestas a la vorágine capitalista y a los planes de los gerentes de las administraciones públicas, proyectando la fuerza de los pueblos que anticipan el fracaso de la globalización neoliberal, profundizan la lucha de clases y la convicción marxista de que el verdadero resultado de las luchas del proletariado "no es el éxito inmediato, sino la unión cada vez más extensa de los obreros [...], favorecida por el crecimiento de los medios de comunicación creados por la gran industria y que ponen en contacto a los obreros de diferentes localidades", como señaló Marx en el Manifiesto Comunista, hace más de 150 años.
Esta crisis, viene a ratificar la comprensión leninista del Imperialismo, como forma superior del capitalismo, que resalta sus rasgos fundamentales, tales como: 1) La mayor concentración de la producción capitalista en los monopolios. 2) El crecimiento desmesurado del capital especulativo que alcanza cifras escandalosas. 3) La exportación de capitales. 4) La asociación internacional de los monopolistas. 5) El reparto del mundo entre las potencias imperiales. Por tanto, la identificación plena para todos de este fenómeno económico.El dominio absoluto de los monopolios en la vida económica del mundo viene a echar abajo la propaganda neoliberal de la "libertad de mercado", descubriendo que el principal rasgo del Imperialismo es el dominio de los monopolios y no el mercado Que esta dominación monopolista se completa con la supremacía política de los países imperialistas. Que los monopolios profundizan su dominio y explotación con el poder del Estado. Que el carácter parasitario y agresivo del imperialismo se manifiesta en la especulación financiera y la guerra, profundizando las contradicciones antagónicas entre el trabajo y el capital; entre los pueblos del mundo y la metrópoli del imperialismo, así como la contradicción que se da entre los propios países imperialistas, exacerbando sus luchas por la captura de los mercados, las fuentes de materias primas y la conquista de territorios ajenos.
Si la globalización neoliberal permite a los imperialistas, como nunca, la mayor de las ganancias y un apabullante control político y económico del mundo, ¿por qué siguen recurriendo a la amenaza de la guerra? Porque la guerra misma, azuzada por los sectores más reaccionarios de los gobiernos imperialistas, constituye un recurso más para el control del poder y una jugosa fuente de ganancias.
Sin embargo, todas estas contradicciones habrán de llevar a la ruptura de la cadena imperialista en su eslabón más débil, porque siendo la globalización un proceso objetivo, el carácter subjetivo del neoliberalismo profundiza la oposición general a la concentración y ambición individual.
Siendo la llamada globalización un fenómeno de nuestro tiempo, suceso que identifica no sólo la posibilidad de que el mundo esté interconectado a través de avanzados sistemas de comunicación y que se tome conciencia de los problemas sociales, económicos y políticos que afectan a lo que se ha dado en llamar "aldea global", que para algunos autores es un equivalente a la "internacionalización económica" y, por los tanto, un fenómeno íntimamente vinculado con el desarrollo capitalista, intrínsecamente expansivo y que tiene en la experiencia colonial e imperial una de sus más claras expresiones históricas contemporáneas (3).
Aunque algunos antecedentes y formas embrionarias de lo que hoy conocemos como globalización, datan de siglos atrás, de la etapa inicial del sistema capitalista, dicho fenómeno es una realidad objetiva de nuestros días y no es más que la profundización del proceso de internacionalización del capital.
La globalización es un resultado inevitable del desarrollo de la sociedad y teóricamente pudo haberse dado en cualquiera de dos condiciones históricas concretas: ya fuera bajo la preponderancia en el mundo de la propiedad social de los medios de producción o todavía bajo la preponderancia de la propiedad privada altamente concentrada, como ocurrió, esto es, en medio de un avanzado proceso de monopolización transnacional, con la hegemonía del capital financiero y bajo el dominio de las grandes potencias.
En las condiciones concretas en que se ha dado la globalización, ésta permitió el fortalecimiento del capital financiero transnacional y el afianzamiento de su dominio económico y político sobre las demás clases y sectores sociales al interior de las potencias, y la aparición de una fase neocolonial de subordinación y saqueo de éstas sobre los demás países del mundo.
Sin embargo, la globalización no resuelve las contradicciones congénitas del régimen capitalista ni lo saca de su crisis histórica sino que, por el contrario, las agudiza, si bien la globalización se ha convertido en un recurso argumental que pretenden presentar como novedoso para sostener que "no nos queda otro camino".En este proceso, los estados-nación individuales pierden el control sobre elementos fundamentales de políticas económicas, como ya sucedió en los países en vías de desarrollo de la década de los ochenta y en los europeos durante comienzos de los años noventa.
A esto se suma una fuerte tendencia, extendida en todo el mundo económico, a establecer oligopolios y alianzas estratégicas entre empresas, paralelamente con una fuerte presión al sector estatal en el sentido que se socialicen los riesgos y los costos, práctica que durante todo este período constituyó un factor clave de la economía de los Estados Unidos. Los acuerdos internacionales de "libre intercambio" se basan en complejas tramas de medidas liberalizadoras y proteccionistas, que permiten a las grandes empresas obtener enormes ganancias en muchos sectores que son de importancia vital.
Neoliberalismo y globalización
La integración capitalista que se da en este proceso, debido al desarrollo desigual de los países que participan, ahonda desigualdades y genera políticas de subordinación, ya que el capital financiero aprovecha la desigualdad para subordinar a sus "socios"; lo cual, a fin de cuentas, no es más que una forma nueva de colonialismo.
Los teóricos al servicio de los monopolios, derivan de las tesis de la globalización y la interdependencia, la supuesta necesidad de impulsar la existencia de bloques regionales integracionistas, en donde las grandes potencias ocupen el papel principal; asegurar el libre comercio, la supresión de la política proteccionista de los países que quedan bajo la influencia de los países industrializados y, en general, la dependencia de las economías de los países influidos por ellos.
Los ideólogos del neoliberalismo han fracasado en su intento por rescatar y restaurar los valores del viejo liberalismo en todos sus aspectos: filosóficos, culturales, ideológicos, políticos y sociales. Al cotejar los intereses reales, las ideas de fondo y la conducta real de los partidarios del neoliberalismo, queda a la vista el hecho de que de trata sólo de una estrategia propagandística.
Lejos de llevar a la integración, el capitalismo neoliberal conduce a la subordinación y absorción total de las economías; a la desintegración de las naciones, a profundizar las contradicciones e imponer la solución por la fuerza.

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