El Observador Socialista

Mujeres oaxaqueñas sin cabellera
Mexiamérica indignada




Degradar al ser humano ha sido la tendencia de los gobiernos represivos.
En el pasado las cabelleras de los enemigos fueron símbolo de
conquista. Hoy el gobierno mexicano que encabeza Felipe Calderón
decidió, que cortarles el cabello a las mujeres, es el castigo
perfecto para los reprimidos y perdedores de una guerra declarada por
las fuerzas federales y estatales de Oaxaca.
Por supuesto que los hombres detenidos el 25 de noviembre pasado, también
fueron rapados por la gente de la Policía Federal Preventiva (PFP),
Agencia Federal de Investigaciones (AFI), autoridades judiciales de
Oaxaca, Nayarit y Tamaulipas, pero haberlo hecho a las mujeres, fue
aún más condenable.
Esto aunque se piense que es lo mismo para hombres o mujeres.
La degradación y perdida de sus derechos humanos es exactamente
igual,de deplorable.Sin embargo,sentimentalmente, el rapar a las
mujeres representa
una afrenta cultural mucho más denigrante.
Tortura, hostigamiento,encarcelamiento y perdida de sus garantías
constitucionales representa,en hombres y mujeres, un acto condenable
que muestra los laberintos ocultos de la represión de una
administración que empieza a enseñar el cobre desde el primer día y
la pestilencia de una derecha revanchista.

El mariscal Ulises Ruiz y Felipe Calderón ha si lo decidieron. El
Ejército cumplió las ordenes, al igual que las autoridades
carcelarias de Nayarit y Matamoros.
¿Quién puede dudar que el sistema de justicia mexicano, con Felipe Calderón
al frente,entró en estado de descomposición con Vicente Fox y ahora
más,al rapar a las mujeres detenidas en Oaxaca?
¿Quién no conoce la historia nazi de los campos de concentración, cuando lo
primero que hacían al ingresar a los prisioneros, era cortarles el
pelo a mujeres,hombres y niños por igual?
Las mujeres mancilladas y sin pelo lloraron ríos de impotencia y coraje.
La mayoría de los de afuera festejaron, callaron o ignoraron lo que
les hicieron
a nuestras mujeres. Otros impotentes nos preguntamos, si tendremos
que soportar otros 6 años estas y otras afrentas o ya es tiempo de
responder socialmente y no solamente en defensa de las mujeres.
Si bien han sido las más dañadas, más triste es que han sido las más
olvidadas por las propias organizaciones defensoras de las mujeres.
¿Dónde están esas intelectuales, feministas y organizaciones civiles que
defienden a las mujeres para levantar la voz en favor de las compañeras
encarceladas en Oaxaca?
De las 131 mujeres detenidas en Oaxaca, desde la quinta megamarcha,sólo
quedan 34 detenidas en el penal de Nayarit,todas ellas rapadas por
ordenes de los militares, sin que las mujeres agredidas en su
integridad, hayan podido
poner ninguna resistencia para que no les quitaran su cabello.
Fueron tratadas como criminales de guerra, las humillaron, degradaron como
seres humanos, intimidaron, amenazaron de violarlas, quemarlas, tirarlas
desde los helicópteros del terror. En síntesis jugaron con ellas como
muñecas de trapo que no tenían más derecho, que agradecer que no las
mataron o desaparecieran, como a otras mujeres que se desconoce su
paradero.
¿Es esto una guerra sucia o la existencia de un estado neonazi que
despoja a los individuos de sus cabelleras como lo hicieron los
colonizadores anglos con los indios conquistados en territorios del
norte de México o las huestes de Hitler
con sus prisioneros en desgracia?
Los hechos muestran la cara real de los represores.
¿Qué han hecho de las víctimas las autoridades y qué esperan hacer
para frenar el descontento de un pueblo sediento de democracia y no
de violencia?




Fecha: 2006-12-13 14:39:10