Saturday, December 30, 2006

 

EL CIRCO DE LA MUERTE DE HUSEIN

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México y el columpio de la muerte
Camino hacia la horca




Si las atrocidades ordenadas desde Washington hubiesen tenido
castigo, Augusto Pinochet habría sido ejecutado por el asesinato y
desaparición de más de 10 mil chilenos inocentes en 33 años de
opresión sistemática contra la oposición.
Esto sin tomar en cuenta los miles de encarcelados y torturados
durante todos esos largos años.
También hubiesen sido ejecutados por crímenes de lesa humanidad,todos
los dictadores que han sido sostenidos a piedra y sangre,más sus
gorilas militares,policías y agentes de inteligencia que mancharon de
sangre los pueblos oprimidos mediante atrocidades dirigidas desde los
laberintos secretos de la Casa Blanca, más eso no ha sido posible.
Durante 24 años Saddam Hussein cometió, en nombre de su aliado
natural, por tantos años, cientos de miles de asesinatos cometidos
contra los kurdos
y los chiítas, principalmente después de rociar con veneno estadounidense
a más de 180 mil kurdos en la guerra contra Iran promovida por EU.
Esto sin que nadie en el mundo frenara 8 años de una guerra
implacable donde se usaron armas mortíferas que eran totalmente
condenables.
No pudieron escoger mejor momento para que Saddam Hussein se
columpiara en la horca,confeccionada al igual que su
Constitución,para vengarse de un monstruo de fabricación con barras y
estrellas importadas en una fiesta de Sacrificio,donde no existió el
perdón.
Eidal Adha, fiesta especial para despedir a un dictador aliado al
poder supremo que lo aniquiló, por no continuar siguiendo sus ordenes
y entregando sus recursos, como suele suceder con todos los
dictadores que caen en desgracia y que son remplazados por no
obedecer ciegamente las ordenes divinas, aun en contra de sus
propios pueblos.
¿Dónde están los otros culpables que deberían acompañar a Hussein al
patíbulo, esos que con sus corruptelas ejecutaron las ordenes para
comprar armas de destrucción, como las utilizadas contra Iran?
Claro que los chiítas y kurdos celebran la muerte del dictador que
por 24 años asesinó a miles de sus gentes, aunque solo haya sido
juzgado por 148 nada más, como si una sola no bastara para
aterrorizarnos de lo que hemos hecho con ese pueblo.
Hoy más de 3 mil estadounidenses han muerto en los 3 años de
ocupación y hasta hoy el pueblo empieza a indignarse de lo que ocurre
con sus jóvenes guerreros, sin contar con los que seguirán cayendo
por las mismas ordenes, que matan a miles de iraquies, que no
pueden más que resignarse a seguir perdiendo a sus seres queridos.
¿Para que sirven todas estas muertes, a quién les beneficia que los
dictadores maten por ordenes divinas de Washington o cualquier otra
potencia que actúa en la asesinada África,América Latina,Asia o
Europa?
La industria de la guerra se ríe con estas muertes, celebra, se regocija.
Tony Blair y Babe Bush también gozan de haber mandado a la horca a su
ex aliado, socio y amigo que salía en importantes portadas de los
influyentes medios informativos y televisión estadounidense, con los
grandes personajes de la vida política, social y económica de EU.

Hay que ver lo que hemos hecho de esos pueblos para avergonzarnos
como seres humanos de la destrucción que hemos hecho y permitido a
través de nuestros gobernantes asesinos y enfermos de poder.

Los verdugos de Hussein no son mejores que él mismo, quién ni
siquiera tubo un juicio digno para que pudiese delatar a todos sus
complices que lo orillaron a tomar decisiones en contra de su propio
pueblo y vecinos que no otorgaron las facilidades a sus enemigos en
el despojo de sus recursos y sus riquezas naturales.

Matar a Hussein sin un juicio, estrictamente apegado a los tribunales
judiciales internacionales imparciales, es cometer otro asesinato en
nombre de un gobierno ocupacionista que confeccionó la misma
Constitución que le negó la gracia de la conmutación de pena o la
celebración de un verdadero juicio apegado al derecho internacional,
hoy casi inexistente o aplicable ante el dominio y bloqueo de los poderosos.

Los daños causados a los pueblos oprimidos por parte de sus dictadores,
torturadores, complices y operadores internacionales suele ser
irreversible como puede constatarse en países como Chile,dominados
por los adoradores de los dictadores y que a 33 años de opresión,las
huellas permanecen ahí como heridas sin curar.
Aunque ya cambiaron las condiciones políticas, su sociedad no pudo
ser capaz de sentenciar a Pinochet, no a la horca, sino a la condena
mundial para que en los libros de la historia se registre a este
personaje,como un asesino en serie tolerado y dirigido como un robot
inteligente (made in USA), igual que otros como él, que han
asesinado en nombre de los fabricantes de columpios de la muerte.
Hoy en Chile después de esa terrible represión se pide que se
construya un busto de Pinochet, olvidando sus horribles asesinatos,
principiando con el de Salvador Allende y a eso le llaman perdonar.
En México también se han hecho estatuas
de Echeverria, puesto su nombre a colonias, calles y poblaciones, aunque
haya sido un incondicional para someter
al pueblo, tal y como lo han hecho todos
los presidentes que contribuyeron con los programas de inteligencia de la Casa
Blanca para exterminar a los que no pensaban en la entrega de la Nación.
No es de sorprendernos, que estos hechos de barbarie donde se asesina
a un hombre asociado a sus verdugos, no conmueven a la población
mundial para que se reflexione sobre la gravedad del evento, ya que
ello conlleva a la complicidad colectiva, al igual que sucedió cuando
los dictadores asesinaron a sangre fría sin que nadie se sorprendiera
de lo que estaba ocurriendo a los pueblos oprimidos.

En México tenemos la historia negra de una guerra sucia y a miles de
asesinos que andan sueltos, Luis Echeverria, como el principal,pero
la sociedad no esta lista para enfrentarse a los poderosos que son
apoyados desde la Casa Blanca, se trate de Carlos Salinas o Ulises
Ruiz, quienes viven como dictadores protegidos por encima del pueblo,
sin que la sociedad sea capaz de condenarlos por sus crímenes
cometidos con la ayuda de la impunidad y corrupción.

¿Cómo celebrar que se haya ahorcado a Hussein, si la justicia vuelve
a estar ausente y sin camisa?




Fecha: 2006-12-30 16:23:55

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